I've loved you for a thousand years parte I.
Ya habían pasado tres días después del parto, y desde entonces Jimin había sido hospitalizado para una mejor vigilancia sobre su estado. No estaba en un estado crítico, pero aún necesitaba recuperar fuerzas, y alimentarse muy bien para que sus cachorros se desarrollaran grandes y fuertes. Varias de las enfermeras lo tenían muy consentido, le traían purés, ensaladas, y hasta pastas. Aunque claro, todo bajo en grasa y calorías para evitar una mala alimentación durante la lactancia.
En realidad solo era necesario quedarse dos días cuando mucho, pero las enfermeras le insistieron a Jackson que lo dejara un día más para mimar a sus hermosos cachorros, y tenerlo un poco más en el hospital. Sabían que pasarían meses antes de que Jimin pudiese volver al hospital y tomar su cargo como doctor. Aunque aún pudiera volver para pediatría.
—Ya sabes, Jimin... no olvides tus tres comidas al día, descansar como se debe, y dormir al menos de seis a ocho horas —enumeró una enfermera, entregándole una hoja—. Sé que eres doctor, pero por favor cuídate mucho. Esto no solo lo digo como enfermera, pero como compañera y amiga.
El azabache le dedicó una sonrisa llena de dulzura y asintió.
—Lia... me hablas como si fuese un paciente —ríe—. Agradezco tu preocupación, no tienes que desconfiar.
—Eres un paciente, y eres omega primerizo así que con mucha más razón -responde, compartiendo la risa—. No te olvides de nosotras... —la chica da un tierno puchero que lo hace reír.
Jungkook que se encontraba observando la breve conversación y esperando que Jimin terminara de guardar sus cosas, se acerca y pone una mano en su cintura.
—¿Entonces todo listo? —le pregunta suavemente, sosteniendo un bolso maternal donde llevaban lo necesario para sus bebés.
Pañales, toallitas, e incluso biberones. La mayoría de cosas fueron compradas por ambos desde mucho antes, aunque también otras que sus conocidos le habían regalado. No es como si lo necesitasen después de todo, Jungkook seguía siendo un teniente, y Jimin un doctor, ambos sueldos podían cubrir las necesidades de los cachorros, y hasta más.
—Todo listo —sonríe, acercándose para plantarle un dulce beso en sus labios—. Podemos irnos a casa, no sin antes pasar por nuestros bebés.
"Nuestros bebés."
Jungkook no evitó en sonreír con dulzura y depositarle un beso rápido que fue correspondido.
Luego de ese pequeño momento, ambos dejaron la habitación para encaminarse a la sala neonatal donde estaban los bebés. Al llegar, miraron por la ventana todas esas cunas con los recién nacidos y el corazón de Jimin se apachurró cuando se percató que sus cachorros estaban juntos en una misma cuna. Se dio cuenta que eran lo suyos porque eran los únicos gemelos en la sala, además de tener sus apellidos a un lado de la cuna.
Jeon Park.
Los cachorros dormían plácidamente en su cuna con sus respectivas mantas, ya no se veían rosaditos como el primer día, ahora habían agarrado un color más pálido y el cabello negro comenzaba a tornarse más claro, casi volviéndose castaño.
—Salieron a ti —menciona Jimin con una sonrisa, recostándose en el hombro de Jungkook por segundos. El castaño acaricia su cabello suavemente—. Nueve meses dentro de mí para hacerte dos clones al final —reprocha, haciéndolo reír a carcajadas.
—Entonces tienes que admitir que nuestros hijos serán muy guapos y populares —comenta aún riendo.
Jimin rodó los ojos divertido.
—Andando, Mr. Ego.
Las enfermeras al verlos entrar a la sala, los saludaron y pronto se encargaron de entregarles el papeleo que debían firmar, más el chequeo médico que tenían que revisar con anticipación para que le dieran la salida a los tres. Jimin al ser doctor conocía perfectamente las cláusulas, así que no duró mucho llenando todos los papeles porque se lo sabía de memoria.
Después de esta pequeña pausa, finalmente les entregaron los bebés, y pudieron salir del hospital, dirigiéndose al parqueo para dejar a cada uno en su respectivo portabebés. El auto de Jimin era grande, por lo que el espacio no era un problema para ambas sillas protectoras.
—No puedo creer que estén aquí —menciona el omega, mirándolos con extrema dulzura—. He soñado despierto este momento...
—¿Cómo te sientes, amor? —pregunta el castaño, acariciando su mejilla—. Ahora somos dos más en nuestra pequeña familia.
—Mejor de lo que pensé, gracias mi bebé alfa —Jimin sonríe y coloca sus brazos alrededor del cuello de Jungkook, dedicándole una mirada soñadora—. Te amo... —susurra, antes de darle un profundo beso que lo toma por sorpresa.
El azabache solo pensaba darle un profundo beso como recompensa y luego volver al auto para ir a casa, donde su madre lo estaba esperando. Luego de darle la noticia de que había decidido tener un cachorro con su alfa, su madre no podía aguantar la desesperación por verlos, así que una vez que le avisó que pronto llegaría a su casa, ella se adelantó para arreglar toda la casa. No era necesario, le había dicho, pero ella igual no le hizo caso.
Así que sí, el beso fue con una intención inocente cuando Jimin presionó sus labios con los contrarios, y lamió ligeramente el labio inferior de Jungkook, pero este lo sintió de una manera tan provocativa que lo acorraló contra la puerta del carro y puso una mano detrás de su nuca para besarlo con ímpetu, metiendo su lengua de por medio lentamente. El azabache gime entre sus brazos, y pone sus brazos alrededor de su cuello, correspondiendo.
Sin embargo, sonidos de alarma resuenan en su cabeza cuando Jungkook comienza a bajar sus manos hacia su trasero, apretándolo fuertemente, y logrando que su pelvis choque con la contraria, haciendo que sus miembros se encuentren en una choque electrizante. Jimin aunque desea más del roce, sabe que no está bien.
—J-Jungkook, espera... —trata de detenerlo cuando siente las grandes manos del alfa en su cintura, y besos húmedos en su cuello—. ¿Acaso quieres darle otro hermanito a los cachorros tan rápido? —ríe.
Puede observar la mirada hambrienta del castaño, y por un momento un destello dorado brillante se logra ver en ellos. Por alguna razón siente que es el lobo interior que lo hace actuar de esa manera.
—La idea no suena mal —sonríe, mostrando sus colmillos.
Y Jimin se sorprende, porque de todo el tiempo que habían estado juntos, estos nunca habían salido o al menos Jungkook nunca había dejado que se vieran, a excepción de la vez que había pasado su rut, cuando él aún estaba en embarazo y trató de marcarlo... pero... ¡¿tan rápido habían pasado seis meses?!
El celo del alfa era un poco menos intenso comparado al del omega en cuanto a días, usualmente la etapa de celo en omegas era de tres a cuatro días cada tres meses, pero en los alfas solo duraba un día, y se presentaba cada seis meses. Jungkook ya había tenido su rut hace tiempo, casi seguido de su celo, por eso... no entendía.
Tenía que detenerlo.
-¡Jungkook, alto! -regañó al darse cuenta que este estaba olfateando su cuello y con ganas de hincarle los dientes. Pudo darse de sus intenciones cuando comenzó a repartir besos con mordidas incluidas antes de llegar a su glándula de olor, algo que solo hacía en su rut-. ¿Qué pasa contigo? ¿Por qué estás tan excitado así de repente? Puedo sentir tus feromonas en el aire.
Jeon se aparta y le dedica una mirada molesta.
-¿Todavía no quieres que te marque? ¿A quién más le estás guardando la marca? -gruñe molesto.
Jimin parpadea en sorpresa, y hasta algo ofendido por su suposición. ¿Realmente creía que había alguien más aguardando por esa marca?
Sin evitarlo, él también frunce el ceño.
-¿Qué estás suponiendo, Jeon? -menciona con acidez-. Yo no le estoy guardando la marca a nadie más que no sea tú, no entiendo como es que tienes el descaro para venir aquí y echarme en cara algo tan trivial como eso.
Jungkook lo mira en silencio profundamente.
-¿Algo tan trivial como eso? ¿Una marca para ti es algo trivial? -pregunta lentamente.
Su voz era profunda, algo que definitivamente daba a entender que estaba enojado. Pero había algo que no calzaba en todo aquello, Jimin pudo darse cuenta de ello, era como si su alfa estuviera tomando posesión de él. Jungkook no era así... se estaba comportando más posesivo de lo normal, incluso algo celoso y desconfiado. El Jungkook que él conocía jamás le hubiera cuestionado su decisión de no tener su mordida.
-¿Por qué te enfadas ahora? -se cruza de brazos-. Hace unos segundos estabas excitado, y ahora estás enojado. ¿Qué rayos te pasa?
-¡Ese maldito alfa detrás de ti es lo que me pasa! -finalmente explota-. No tienes idea lo mucho que me pudre por dentro saber que aún está detrás de ti, que ni siquiera respeta el hecho de que ya estés comprometido conmigo, que tengas dos cachorros conmigo, y que lo hayas rechazado. Estuvo contigo durante el parto, y no dejó de retarme. Todo eso se hubiese evitado con una mordida, y lo sabes. Quiero respetar tu decisión de no tener una marca, pero ahora mismo no entiendo porqué me sigues rechazando. ¿Por qué, Jimin? ¿Aún dudas de que seamos destinados? ¿Es eso?
La voz de Jungkook además de sonar molesta, esta vez cambia a una más suave y lastimada. Como si su alfa realmente comenzara a sentir el rechazo de su omega a través de esa decisión. No había nada más que hiriera el orgullo de un alfa que su omega negándole una marca, un acercamiento, un rechazo.
-Jungkook... yo... -comienza-. No es así como lo piensas -comenta suavemente.
-¿Entonces qué es? -contrataca de nuevo-. Porque no puedo dejar de ver un rechazo de tu parte, incluso ahora que tenemos dos bebés. Me comienzo a molestar.
Jimin esta vez guarda silencio, meditando la razón de su enojo. Lo poco que sabía del rut del alfa, es que estos podían ser más posesivos, territoriales, e incluso celosos cuando ese día comenzaba a acercarse. El primer encuentro con Jungkook en su celo fue así; el alfa no dejaba de besarlo, mimarlo, y tocarlo por todos lados un día antes de su rut. No vio cambio en cuanto actitud puesto que ambos estaban en su departamento, y básicamente no había amenazas.
Pero entendía que quizá Jeon comenzaba a sentirse amenazado con la presencia de Minhyun, aunque eso no había sido motivo anteriormente para que se mostrara así de frustrado. Así que quizá... Jimin debía ser más amable con su alfa.
-Amor... ¿estás cerca de tu celo? -inquiere tranquilamente. Lo que menos quería era hacerlo enojar, o hacerlo sentir mal.
Y como si ese hubiese sido un interruptor de enojo, Jungkook lo mira sorprendido, como si estuviese meditando sus palabras y sus acciones.
Solo por segundos se le ve algo aturdido, pero pronto parece recordar lo que estaban hablando, y que estaba pasando.
-Jimin... -susurra-. Yo... lo siento. No debí cuestionarte tu decisión, de verdad perdóname... no sé qué me pasa -pasa una mano por su rostro en clara señal de frustración-. Por un momento me sentí encantado con tu aroma, y no pude parar de besarte, no sé si realmente se trate de mí o de ti... pero hueles delicioso -confiesa-. Luego perdí un poco los estribos y olvidé completamente que no querías una marca, pero cuando me di cuenta fue demasiado tarde y mi alfa simplemente... se salió de control.
El omega se sintió ligeramente avergonzado, y desvió su mirada.
-Eso quiere decir que estás cerca de tu celo -explica-. No tienes que disculparte, pero contrólate, y a tu alfa también... -es lo único que menciona antes de apartarse de su lado e irse de copiloto, aún se sentía cansado para manejar.
Jungkook lo mira irse con un rostro pacífico, pero sabe que le molestó su actitud. Tenía que admitirlo, su alfa tomó control de él por un segundo, y es que Jimin tenía la razón en algo... su celo estaba más cerca de lo que creía. Él se conocía, y todas esas actitudes molestas, celosas, posesivas, y territoriales se debían a lo mismo.
Soltó un suspiro y pronto lo alcanzó, subiéndose de piloto. Pronto se abrochó el cinturón de seguridad, y arrancó el auto, y antes de salir del parqueo miró a Jimin.
-Si bien dije que me disculpaba por mi actitud, nunca dije ninguna mentira.
El omega lo miró por breves segundos pero no dijo nada más, al contrario, se dedicó a mirar por la ventana. Jungkook esperó una respuesta suya impaciente, esperando la razón del porqué no quería una mordida, pero como no la recibió, no le quedó de otra que ponerse en marcha y salir del hospital en un silencio un poco tenso e incómodo.
✧✦✧
Cuando llegaron al departamento de Jimin, este quitó su cinturón y Jungkook apagó el auto. El castaño estaba a punto de salir para sacar a los cachorros, pero fue detenido cuando sintió una mano sobre la suya.
-¿Qué pasa? -pregunta confundido. Park mordió su labio impaciente, y jugó nervioso con sus manos, buscando las palabras correctas.
-Lo siento, Kook... lo siento tanto -se disculpa, mirando al suelo con culpabilidad-. No debí tratarte así, desde un inicio tuve que decirte la verdad.
Jungkook suavizó su mirada, y llevó su mano a los labios para depositarle un beso, era una tierna manera de decirle que no se preocupara, que todo estaba bien.
-Está bien, Jimin-ssi, yo entiendo qué-
-¡No! ¡No está! -exclama, mirándolo con ojos llorosos-. Esto no está bien, yo no te dije la verdad qué hay detrás del lazo, y eso te provocó inseguridad, te hizo sentir mal. Fue culpa mía que te pelearas con Minhyun, estoy consciente de eso y no sabes lo mucho que lo lamento. Yo... yo lo único que quería era proteger a los bebés -arrepentido, Jimin lleva ambas manos a su rostro, tratando de no sentirse tan culpable.
¿Pero a quién quería engañar? Jungkook necesitaba saber la verdad.
-No entiendo que quieres decirme. ¿Cómo que proteger?
-Yo... necesito que me escuches ahora porque si subimos mi madre estará presente y no podré hablar de esto contigo -empieza-. Es importante para ambos.
-Bien, entonces te escucho -el alfa vuelve a sentarse, tomándolo de la mano para darle seguridad.
El mayor soltó un largo suspiro, preparándose mentalmente.
-Hace un tiempo... cuando tenía mis controles con Jeongyeon, y tenía seis meses, consulté sobre una posible marca en el embarazo, esto lo hice sin decirte. Necesitaba estar seguro que eso no afectaría a nuestros cachorros, aunque para mí era ilógico puesto que un lazo puede hacer sentir más seguros a los retoños, e incluso es más seguro para el omega también. Ya lo pudimos comprobar con esa escena que ustedes tuvieron en la sala de partos -susurra, sintiéndose apenado-. La cuestión es que... Jeongyeon me hizo un examen de sangre, y usó el mismo examen que te hizo la primera vez para estar más segura. Ambos somos de genes dominantes.
-Bueno pero... ¿eso es malo?
-Al contrario, es bueno, muy bueno -confirma-. Cuando ambos genes del alfa y del omega son dominantes, se crea un linaje de raza pura para la siguiente generación. Esto siempre y cuando la marca fuese hecha antes del embarazo... pero ahí es donde había un pequeño problema. Yo... ya estaba en cinta. Eso podía ocasionar que mi cuerpo rechazara a ambos cachorros después de la marca por no considerarlos lo suficientemente fuertes... o incluso que los bebés se sintieran rechazados -explica, suspirando-. Eso podía provocar un aborto espontáneo. Esto nunca ha pasado, pero era una posibilidad. Y te amo Jungkook, pero yo jamás iba a poner la estabilidad de mis cachorros por una marca, en verdad lo lamento... -termina con lágrimas acumuladas en sus ojos.
El alfa lo miró con pena, y lo entendió. Por supuesto que él también hubiera puesto la seguridad de los niños primero que una mordida. Pero... mentiría si no dijera que no le había dolido el hecho de que se lo haya ocultado.
-Jimin... yo jamás te hubiera presionado por una marca, nunca lo hice... ¿pero por qué no quisiste decírmelo? -pregunta suavemente-. Yo llegué a pensar incluso que... aún no creías que fuésemos destinados.
El azabache se escandalizó y negó.
-¡Por supuesto que no, Jungkook! Eso nunca, no dudé ni un segundo cuando nos conocimos -confiesa-. Sé que fue mi culpa el no decírtelo, lo lamento tanto... yo... quería mantenerlos protegidos y no correr el riesgo.
-Eso lo entiendo pero... tampoco quisiste una marca de Chanyeol. ¿Por qué...?
Jimin se sonrojó, y desvió su mirada.
-Porque en el fondo sabía que no era mi destinado, y... tenía esperanzas de encontrarlo -confirma-. Pero esa primera decisión fue sabia, porque al final sí pude lograrlo. La segunda... no tanto.
El castaño sonrió, y se acercó para plantarle un beso, no tan profundo para despertar su libido (peor aún cuando su celo estaba cerca porque podía acelerarlo), ni tan rápido como para ser considerado un roce de labios, fue perfecto para darle calma y estabilidad a su omega.
-Yo te perdono, cariño. Es cierto, no fue una decisión sabia, y debiste decírmelo porque ahora estamos juntos en esto -apretó su mano cariñosamente-. Pero ya es pasado, ahora supongo que no habrá problema, ¿cierto? ¿Podré hacerlo cuando quiera? -sonríe coqueto.
Jimin soltó una risita y asintió.
-Cuando quieras... ya no hay peligro ni para los cachorros ni para mi.
Jungkook sonrió peligrosamente y se acercó a su cuello, suspirando encima de su glándula de olor, y lamiéndola lentamente con deseo. El azabache suprimió un jadeo, y suelta un suspiro pesado cuando sintió una pequeña mordida.
-Me alegra saberlo, porque no estoy seguro de poder aguantarme un segundo más sin marcarte, solo llenándome de ese delicioso aroma tan adictivo -comenta, acercándose a su oído para susurrarle-. Y sé que la leche es para los cachorros, pero no tienes idea de lo dulce que huele, y lo mucho que me provoca... -termina, plantándole un beso detrás de su oreja, haciéndolo sonrojar.
Antes de que pudiese decir algo, Jeon suelta una risita y sale del auto para sacar a los bebés de sus respectivas sillas.
Por otro lado, Jimin se quedó con el corazón latiendo a mil, recordando sus palabras y mirando hacia abajo, específicamente a sus pechos. Estos naturalmente estaban hinchados y lechosos, al haber tenido recientemente dos cachorros, era completamente natural que estuviesen llenos, incluso era tanta la leche que producía que en el hospital tenía que cambiarse constantemente las camisetas puesto que las empapaba por completo.
Ahora que Jungkook lo mencionaba... quizá su olor era muy notorio.
Finalmente cuando sale de su vergüenza, se baja del asiento de copiloto y sigue al alfa para sacar al otro bebé de la silla. Ambos llevan a cada uno en sus brazos, y pronto suben al departamento donde la madre de Park los estaba esperando.
Cuando están frente a la puerta, y Jungkook está por abrirla, Jimin lo detiene.
-Antes de que entres... quiero advertirte de que mi madre puede ser algo... entusiasta.
-Está bien, Minnie. Estoy preparado -ríe.
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